Estos días dan ganas de quedarse en casa, por ejemplo, leyendo o escribiendo. Son ideales. La programación del verano también nos induce a meternos de lleno en los libros o garabatear pensamientos en una hoja en blanco, para escapar por unas horas de la locura de nuestra rutina y los programas sinsentido.
Ayer terminé de leer "Harry Potter y la piedra filosofal", el primer libro de la saga. Mi primer libro del año, el primero de los 50 que me propuse leer a lo largo del 2011. El asunto es que que me sumé a un desafío que impulsó un grupo de Facebook que se llama "La Sociedad" y ya somos unos cuantos locos que adherimos.
Sigo leyendo de a ratos "Diarios" de Alejandra Pizarnik y pienso que es un libro precisamente para leer de a ratos y no todo de un tirón. Me siento muy identificada con Alejandra. Capaz ya lo dije, pero podríamos haber sido amigas tranquilamente.
El dilema es qué libro que me llevo para mis vacaciones. La verdad es que tengo muchas opciones, todas diversas.
Según mi mamá, tengo que llevarme alguno "que no te haga pensar mucho". En ese caso, repasando mi biblioteca en la cabeza, pensé en "Paula" de Isabel Allende, "Sentido y sensibilidad" de Jane Austen o "El Señor de los Anillos. La comunidad del anillo". Todas historias distintas, pero que te introducen inevitablemente en mundos paralelos: Isabel Allende, en el seno de una familia; Jane Austen te transporta a otra época y Tolkien nos inventa un lugar fantástico con seres más maravillosos aún. Cualquiera de ellos podría venir conmigo a Salta.
Después, tengo pendiente "Misery" de Stephen King que me lo han recomendado como uno de los mejores. Otro pequeño libro que encontré es de H.C. Lewis, que se llama "El caballero que cayó al mar" y es una especie de "Relatos de un náufrago" de Gabriel García Marquez pero con tinte filosófico.
Totalmente descartados por mi madre los libros de crítica literaria o antologías o Borges, Cortázar y/o similar, a quienes respeto profundamente pero considero que son dignos de una lectura pausada, analítica y atenta. No puedo leerlos de otra manera, perdón por la ignorancia.
Tengo también en lista "Papillon" de Henri Charriére (que me prestó mi novio), "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" de Haruki Murakami (es el caso del libro que compré por curiosidad porque se lo vi a alguien en el subte) y libros en otros idiomas como "Gomorra" (en italiano), un libro sobre Frida en francés y otro de John Grisham en inglés. Estos tres últimos, ya decidí que seguirán pendientes por el verano.
De todo el recuento, ganó para mamá "Cien años de soledad" de Gabriel García Marquez. Dice que no lo voy a poder largar... en verdad, ya lo largué una vez pero quizás no era el momento. Yo creo que cada libro tiene su momento y no es pecado suspender la lectura para continuarla unos años más tarde. Me convenció de eso un coordinador de un curso sobre Borges. Tiene que ver con las etapas que va pasando cada uno, las ganas y tantas otras variables...
"Comer, Rezar, Amar" sería un tipo de libro para veraneo también, pero ya lo leí y fue el que desató esta delicia de blog.
Para el verano definitivamente "desrecomiendo":
ResponderBorrar- Paula (es la historia de la hija que se muere, no es divertido llorar en las vacaciones)
- Sentido y sensibilidad (Austen es pesada por momentos)
Si recomiendo ampliamente Cien años, no lo vas a poder largar (yo también lo largué una vez, en el capítulo 3).
Saludos
comparto con Flora... ni se te ocurra llevar Paula por mas que te entusiasme el título.
ResponderBorrarPor que no SEDA de Alessandro Baricco, es corto, tiene momentos de mucha pasión, lo elegiría para unas vacaciones en pareja ;)
Abrazo querida! y que el norte te inspire!
MUAS