9 de septiembre de 2019

Escribir como destino

Vengo con un año difícil en lo académico. Empecé con muchos proyectos que quedaron en el camino, por distintos motivos. Casi siempre porque me creo la "mujer orquesta", que todo lo puede y me propongo mucho más de lo que efectivamente puedo.

Escribir no estaba en mis planes pero empezó a aparecer en sueños, de nuevo, "Compráte una vida", la que será mi primera novela (ponéle) que creo que hace unos diez años que tengo en la cabeza, que pensé, reformulé, tantas veces que ya ni recuerdo cómo surgió la idea original de que cualquiera pueda comprar la vida de un famoso que admira, y vivirla.

El tema es: ¿Y por dónde empiezo? Como si tuviera poco para hacer en el día a día, como si fuese tan fácil subirse a semejante viaje... Buscando algún post que me diga "es por acá la cosa" llegué al de Ceci Maugeri en el que se pregunta: ¿Para qué escribo? Y necesariamente me lo pregunté.

Así fue que recordé que escribo porque siempre fue mi mejor forma de expresarme. Me resulta fácil poner en palabras lo que me pasa, lo que siento, antes que decirlo. Hace unos años atrás no concebía mi vida sin escribir. Y concluí: Escribo porque en la escritura es donde me descubro auténtica. 

Y esa declaración fue un baldazo de agua, que me vino al pelo un día como hoy, de esos en los que nos replanteamos todo y al que solo le falta la música depre de fondo. ¿Por qué me alejé tantos años de mi esencia? 

Ni hablemos que toda la vida me han elogiado la escritura. Estudiando Periodismo me decía, quien también era Profesor de Letras, que yo ya estaba para trabajar, que qué hacía ahí estudiando. También en la primaria me elogiaban la letra. Era "la de la letra linda", que hacía todos los carteles del grado. Hasta la seño de mi hijo me dice hoy: "¡Qué linda letra tenés! Me da vergüenza responderte con la mía". Y los libros, siempre un refugio. Bastaba encerrarme dos horas en una librería para cambiar la cara a un día o situación difícil, o de hastío. Mi paso por Letras, un cuento publicado, la novela adolescente que escribí de chica de un amor de verano en la playa... ¿Dónde quedó todo eso?

En fin, un camino recorrido con las letras que quedó trunco pero al que siempre vuelvo me confirma que no hay dudas que "hay algo" entre nosotras. Una relación de amor-odio, como todas las que valen la pena.

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