Estos días son los que me dan ganas de escribir. Me la pasaría escribiendo o leyendo todo el día. Pero al final de cuentas, escribo menos de lo que digo.
Es una cuestión de actitud, como todo en la vida, no? Si realmente quiero hacer algo, debería hacerlo y punto. El problema aparece cuando lo que quiero hacer son algo así como... 1000 cosas!
Retomé el gimnasio y me agendé para ir por lo menos tres veces por semana. Hago un poco de cinta, bicicleta, para quemar calorías y después pilates y plataforma vibratoria para tonificar, modelar, y todo eso. Todavía no probé la plataforma y creo que va a estar complicada la cosa, pero bueno, todo sea para verme y sentirme bien. Como un plus, estoy tomando por lo menos 2 litros de agua por día y trato de medirme en las comidas. Nada de dieta, pero llevo mi propio registro de lo que como... y lo que no!
Retomando el post de http://www.en-otro-canal.blogspot.com/ sobre la vejez, debo confesar que yo también estoy padeciendo la cercanía de los 30. Cada vez me cuesta más bajar un kilito, me pesan las piernas, me agito más rápidamente, me duele la cintura si hago un movimiento fuera de lo cotidiano, vivo cansada, etc. etc. Por eso el gimnasio y el intento de adoptar este hábito de actividad física frecuente. Además de que me lo prescribieron 15 médicos apróx. en el transcurso de este año!
Por otro lado, sigo con mis inquietudes artísticas, y ahora estoy tomando clases de Corte y Confección. Tengo una línea de indumentaria pensada -creánme que es buenísima- y ni siquiera logro domar la máquina de coser. Mi cabeza va más allá, siempre, pasando por alto mis limitaciones y mi peor enemigo: EL TIEMPO.
También, tengo libros interesantísimos para leer, lugares incréibles para conocer y una lista de pendientes interminable de cosas que quiero aprender.
A veces, quisiera no ser tan inquieta.
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