Hay días como el de hoy que reniego de mis mil actividades. Más bien de mis obligaciones o, mejor dicho, de las que vivo como obligaciones. Son unos minutos que pasan sin pena ni gloria pero en los que me replanteo tomar las riendas de mi vida y seguir mi destino. Así de idealista.
Sólo unos minutos porque caigo a la realidad y no puedo cometer semejante locura.
Por eso creo que tengo que conformarme, por el momento, con pequeños momentos de libertad y ocuparme para quitarme más rápido las ataduras.
Un momento de libertad como éste, que escribo porque tengo ganas de escribir.
Les cuento que sigo yendo, contra vientos y mareas, al programa de escritura narrativa, que me llena el alma. Absorbo todo como una esponja, de mis profesores, mis compañeros. En las clases siento que realmente vale la pena haber ido y que estoy donde tenía que estar, por más que la vida me tenga a las corridas y a veces me desborde.
El hecho de ir y sentarme en el aula todas las semanas me recuerda la razón de mi existencia, el saber que hay algo que me apasiona y que me ocupo también de eso como de tantas otras cosas.
Estoy leyendo mucho, de todo un poco, varios libros al mismo tiempo. Desafortunadamente el tiempo no abunda por acá y escasea bastante para leer todo lo que quisiera.
Me pierdo en las librerías como siempre y cada vuelta descubro algo nuevo. Pero es distinto. Ahora me siento a tono cuando encuentro un libro de Jack London, Héctor Tizón, Ian Mc Ewan o de Javier Marias y los reconozco como si los conociera de toda la vida. Autores que pueden gustarme o no, pero que conforman un nuevo mundo literario para mí y estoy feliz de poder identificarlos.
También tengo un Club de Lectura con una amiga, donde seleccionamos un libro entre todos para leer y luego comentar en nuestros encuentros quincenales o mensuales, cosas ricas y mate o café con leche de por medio.
Y así gente es que voy en la búsqueda de mi libertad este 2011. Libertad mental, momentos gratificantes y ajenos a esta rutina agobiante.
No aclaraste que vos liderás el club de lectura, que sos como una maestra ciruela para todos nosotros, y que llevás cosas copadas para aportar!
ResponderBorrarBeso!
Hola, fue de casualidad que entre en tu "blog" y ambas vivimos en lugares muy diferentes y probablemente con vidas muy diferentes tambien, y quien sabe si en la edad somos mas parecidas, pero resumiendo te dire que tus sentimientos sobre "la escritura y la literatura" son universales. Para aquellas y aquellos por supuesto a los que la literatura nos hizo un hechizo en algun momento de nuestas vidas y por el cual nos vamos a sentir valga la rubundancia "hechizados" hasta el fin de nuestros dias, para todos nosotros como digo, existe una lazo, una conexion, algo que nos une en ese "bregar por la vida" como decia Unamuno.
ResponderBorrarSaludos y continua tu camino, por mil quehaceres y obligaciones que nos presente la vida, hay esta nuestro regalo, la escritura, eso nos pertenece y nos hace sentir vivas.
Pilar,
ResponderBorrarGracias por tu visita a este blog y por tu comentario.
Realmente es mi pasión y también pienso que no se debe hacer a un costado, por más que la rutina agobie, como aquel día.
Quedamos en contacto!